martes, 2 de noviembre de 2010

CONDICIONES
DEL POSMODERNISMO


Tras el fin de La Guerra Fría
como consecuencia de la
caída del comunismo, teniendo
como máximo símbolo la caída del
muro de Berlín (1989), se
hace evidente el fin de la era polar. Esto produce como consecuencia la
cristalización de un nuevo paradigma global cuyo máximo exponente social, político
y económico es la
Globalización. El mundo posmoderno se puede diferenciar y dividir en dos grandes realidades: La realidad histórico-social, y la realidad socio-psicológica. A continuación daremos sus características.


Las principales características del pensamiento post modernista son:


  • Antidualista: Los post modernistas
         aseveran que la filosofía occidental creó dualismos y así excluyó del
         pensamiento ciertas perspectivas. Por otro lado, el post modernismo valora
         y promueve el pluralismo y la diversidad (más que negro contra blanco,
         occidente contra oriente, hombre contra mujer). Asegura buscar los
         intereses de "los otros" (los marginados y oprimidos por las
         ideologías modernistas y las estructuras políticas y sociales que las
         apoyaban).


  • Cuestiona los textos: Los post modernistas
         también afirman que los textos -históricos, literarios o de otro tipo-- no
         tienen autoridad u objetividad inherente para revelar la intención del
         autor, ni pueden decirnos "que sucedió en realidad". Más bien,
         estos textos reflejan los prejuicios, cultura y era particulares del
         escritor.


  • El giro lingüístico: El post modernismo
         argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber
         ningún pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea literalmente la
         verdad.


  • La verdad como perspectiva:
         Además, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto más que ser algo
         universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las cosas,
         sino solamente a lo que nos parece a nosotros


Características
historicosociales


  1. En contraposición con la Modernidad, la posmodernidad es la época
         del desencanto. Se renuncia a las utopías y a la idea de progreso.
  2. Se produce un cambio en el orden económico capitalista, pasando de
         una economía de producción hacia una economía del consumo.
  3. Desaparecen las grandes figuras carismáticas, y surgen infinidad de
         pequeños ídolos que duran hasta que surge algo más novedoso y atractivo.
  4. La revalorización de la naturaleza y la defensa del medio ambiente
         se mezcla con la compulsión al consumo.
  5. Los medios masivos y la industria del consumo masivo se convierten
         en centros de poder.
  6. Deja de importar el contenido del mensaje, para revalorizar la
         forma en que es transmitido y el grado de convicción que pueda producir.
  7. Desaparece la ideología como forma de elección de los líderes
         siendo reemplazada por la imagen.
  8. Hay una excesiva emisión de información (frecuentemente
         contradictoria), a través de todos los medios de comunicación.
  9. Los medios masivos se convierten en transmisores de la verdad, lo
         que se expresa en el hecho de que lo que no aparece por un medio de
         comunicación masiva, simplemente no existe para la sociedad.
  10. El receptor se aleja de la información recibida quitándole realidad
         y pertinencia, convirtiéndola en mero entretenimiento.
  11. Se pierde la intimidad y la vida de los demás se convierte en un
         show (susceptible, además, de valoración económica).
  12. Desacralización de la política.
  13. Desmitificación de los líderes.
  14. Cuestionamiento de las grandes religiones.


Características
sociopsicológicas


  1. Los individuos sólo quieren vivir el presente; el futuro y el
         pasado pierden importancia.
  2. Hay una búsqueda de lo inmediato.
  3. Proceso de pérdida de la personalidad individual.
  4. La única revolución que el individuo está dispuesto a llevar a cabo
         es la interior.
  5. Se rinde culto al cuerpo y la liberación personal.
  6. Se vuelve a lo místico como justificación de sucesos.
  7. Hay una constante preocupación respecto a los grandes desastres y
         al fin del mundo.
  8. Pérdidas de fe en la razón y la ciencia, pero en contrapartida se
         rinde culto a la tecnología.
  9. El hombre basa su existencia en el relativismo y la pluralidad de
         opciones, al igual que el subjetivismo impregna la mirada de la realidad.
  10. Pérdida de fe en el poder público.
  11. Despreocupación ante la injusticia.
  12. Desaparición de idealismos.
  13. Pérdida de la ambición personal de autosuperación.
  14. Desaparición de la valoración del esfuerzo.
  15. Existen divulgaciones diversas sobre la Iglesia y la creencia de un
         Dios.
  16. Aparecen grandes cambios en torno a las diversas religiones.
  17. Desaparece la literatura fantástica.
  18. La gente se acerca cada vez más a la inspiración 'vía satelital'.
  19. Las personas aprenden a compartir la diversión vía Internet.
  20. Se crean teorías de la conspiración permanentemente, para explicar
         los grandes problemas económicos, políticos, sociales, religiosos y
         medioambientales.





Como actitud filosófica


La identificación de concepto
posmodernidad como una entidad distinta del modernismo, y el esclarecimiento de
los vínculos entre ambos, es una situación aún constante en la teoría
poscontemporánea. Se considera a
Friedrich Wilhelm Nietzsche el primer posmoderno,[1] pero hay intérpretes que se
remontan a ciertas actitudes posmodernas de algunos
sofistas. Este
artículo examinará particularmente los precursores, pero se concentrará en la
producción teórica relacionada de manera más o menos directa con la crisis del
estructuralismo en los años1960.


La idea de un financiamiento
posmoderno ha sido fuente de arduas discusiones que continúan aún.


Una de las interferencias de
esta discusión se encuentra en que no es capaz de menguarse en términos
psíquicos, pues son el resultado de diferentes ecuaciones, pensamientos y
tecnicismos en los distintos campos de la cultura occidental. Así en el campo
científico, la teoría de la relatividad y posteriormente la física nuclear, revolucionaron
la física moderna newtoniana la forma mecanicista de interpretar el universo.
Del mismo modo lo han hecho en el campo filosófico. En la ciencia han sido muy
importantes la
Teoría del Caos, o la
imposibilidad de predecir hechos suficientemente futuros, y la transcripción
del
Principio de incertidumbre de Heisenberg, nombre que
define una de las mayores características del pensamiento posmoderno así como
las consecuencias del
teorema de Bell. Lo mismo
ha ocurrido en el área de la epistemología y de la filosofía con el devenir del
psicoanálisis. Aunque Freud ha sido siempre tratado como un autor clásico en el
sentido que si bien critica algunos aspectos de la cultura moderna
-especialmente en El malestar en la cultura- algunos de sus seguidores
como Lyotard y Vattimo se han deslizado hacia planteamientos posmodernos.


El filósofo italiano Gianni Vattimo define el
pensamiento posmoderno con claridad: en él lo importante no son los hechos sino
sus interpretaciones. Así como el tiempo depende de la posición relativa del
observador, la certeza de un hecho no es más que eso, una verdad relativamente
interpretada y por lo mismo, incierta. El modelo determinista de la causalidad,
de la verdad de un sujeto fuerte al estilo de Hegel, Kant e incluso Marx y el
planteamiento del tiempo lineal como el de Leibniz son puestos en tela de
juicio.


En la literatura el
posmodernismo -no confundir con posmodernidad- provocó la fusión del espacio y
del tiempo en la narración y la percepción difusa de la realidad, así como los
distintos puntos de vista del o de los narradores, junto a la simultaneidad de
los géneros, especialmente en la novela, llevó a la ruptura de las técnicas
clásicas, abolidas por una absoluta libertad tanto en estilo, forma y fondo. La
literatura de imágenes donde la realidad y la ficción comparten el mismo
espacio-tiempo se asemeja a la cinematografía, donde los dibujos animados
comparten los mismos lugares y la misma vida que los actores de carne y hueso.


La posmodernidad, por más
polifácetica que parezca, no significa una ética de carencia de valores en el
sentido moral, pues precisamente su mayor influencia se manifiesta en el actual
relativismo cultural y en la creencia de que nada es totalmente malo ni
absolutamente bueno. La moral posmoderna es una moral que cuestiona el cinismo
religioso predominante en la cultura occidental y hace hincapié en una ética
basada en la intencionalidad de los actos y la comprensión inter y
transcultural de corte secular de los mismos. Es una nueva forma de ver la
estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva forma de
relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores posindustriales;
todas éstas y muchas otras son características de este modo de pensar.


Uno de los síntomas sociales
más significativos de la posmodernidad se encuentra en la saga de películas
Matrix, donde el
realce de la estética y la ausencia de culpa causal, unidos a la percepción de
un futuro y una realidad inciertas, se hacen evidentes. Otros ejemplos más
relevantes los encontramos en Blade Runner, Irreversible y un ejemplo español
de culto Smoking Room. En todos ellos observamos preeminencia de los fragmentos
sobre la totalidad, ruptura de la linealidad temporal, abandono de la estética
de lo bello al estilo kantiano, pérdida de la cohesión social y, sobre todo, la
primacía de un tono emocional melancólico y nostálgico.


Los pensadores más destacados
de las corrientes posmodernas son
Gilles Deleuze, Jean Baudrillard, Jean-François Lyotard, Jacques Lacan, Michel Foucault, Gianni Vattimo, Jacques Derrida, Gilles Lipovetsky, Slavoj Zizek, Alain Badiou, Durkheim
(padre de la teoría
Funcionalista), Bernstein, Bourdieu, entre
otros.


Crítica posmoderna


La crítica posmoderna, cuyos
orígenes se encuentran en el trabajo de los posestructuralistas franceses
(Derrida, Foucault y Barthes, principalmente) se basa en cinco principios
metodológicos:


  • El método genealógico creado por Nietzsche.
  • La concentración en las operaciones metafóricas del lenguaje.
  • La perspectiva antipositivista.
  • El particularismo antitotalizador.


En lo que respecta a las
premisas definitorias, esta crítica puede resumirse en cuatro puntos
fundamentales:


  • Textualismo: Todo conocimiento
         inserto dentro de un discurso no puede escapar a la condición de su propia
         textualidad.
  • Constructivismo: Todos los fenómenos
         sociales son de naturaleza artificial.
  • Poder/conocimiento: La legitimidad de un
         cuerpo de saber no depende de su contenido de verdad, sino de las fuerzas
         institucionales y las matrices disciplinarias que regulan la producción y
         autorización del saber.
  • Particularismo: La crítica debe
         contestar a las peticiones universalizantes o totalizadoras de los
         discursos hegemónicos mediante conceptos que particularicen las
         situaciones planteadas.


Posmodernidad e historiografía


Los historiadores también se
han visto influidos por las teorías posmodernas, llegando incluso a plantearse
su profesión. La posmodernidad afecta a la historiografía de dos modos:


  • Niega la posibilidad de construir grandes relatos, es decir, niega
         el empirismo histórico como base de sus paradigmas.
  • Niega la posibilidad de reconstruir el pasado ya que los documentos
         no son pruebas reales de lo sucedido sino discurso y representaciones.


Estas teorías han provocado
dos grandes cambios:


  • El interés por estudiar la historia cultural de las minorías y los
         sujetos subalternos.


La
introducción de la posmodernidad en la historia


Los historiadores han
reflexionado sobre la
epistemología muy
frecuentemente, pero es en este momento cuando el debate es más fuerte. Una de
las causas ha sido la deriva intelectual estadounidense hacia el ámbito del
lenguaje a finales de los setenta, como una forma de criticar al
paradigma de la
historia social. También se puede señalar como causa de este debate la
introducción de la filosofía, la reorientación de las ciencias sociales al
análisis histórico y el surgimiento de perspectivas metodológicas nuevas: las
«micro» y las culturales. Se considera el congreso celebrado en Cornell en 1980
como la entrada en escena de esta tendencia. A pesar de esto la posmodernidad
sigue avanzando y ha llegado a nuestros días siendo así tan o más importante
que lo anterior.


Consecuencias
para la historiografía


El impacto de estas teorías ha
provocado dos reacciones : por un lado nos encontramos con los que han
rechazado cualquier intento de reconstruir el pasado, pues ello supondría
incurrir en una violencia epistemológica. Así pues no les queda más que
estudiar la cultura como conjunto de símbolos. Por otro lado otros
historiadores han asumido lo positivo y constructivo para modernizar las formas
de escribir historia. Éste es el caso de la microhistoria, una tendencia de
historia cultural nacida en Italia en los setenta. El objeto de estudio es el
conflicto cotidiano en su escala más reducida, en el sujeto. Estudia la cultura
como una jaula donde el individuo puede ejercer su libertad de forma limitada.
Giovanni Levi y Carlo Ginzburg son dos
grandes «microhistoriadores». Otros intentos de compatibilizar historia y
posmodernismo lo representan autores como N. Z. Davis, que han explicado
pequeños conflictos pero trascendiendo de las explicaciones economicistas y
dando paso a los valores morales y éticos de los sujetos sociales.


Conclusion: La posmodernidad
es la reacción correspondiente a una de las crisis espirituales y filosóficas
más profundas.


Posmodernidad
y psicología


Según Moreno (2005) la psicología posmoderna se
caracteriza por el análisis del
yo como una fragmentación
en la esencia del sujeto. En un ejemplo clásico es como si un espejo se
rompiera y las miles de imágenes resultantes fueran la imagen interna del ser.


Existen dos versiones de
psicología posmoderna:


  • La lacaniana. Según esta escuela la terapia debe ser ejercida siguiendo las indicaciones de Lacan, de vertiente psicoanalítica y lingüística. Según él, la definición del rol del terapeuta es parcialmente pasivo y solo busca ser el medio de comunicación del paciente con su yo oculto que se manifiesta por medios
         lingüísticos. La idea de un financiamiento posmoderno ha sido fuente de
         arduas discusiones que continúan aún.
  • La de integración de enfoques, según la cual pueden ser aplicados
         en un paciente, en una misma terapia, diferentes técnicas provenientes de
         diferentes enfoques teóricos.


La psicología posmoderna
permite como una de sus características más importantes la integración con
otras áreas como son: el uso de medicamentos psiquiátricos, terapias de
relajación e incluso técnicas heredadas de la Nueva Era y de otros enfoques que
no entran en algunas ocasiones en el campo de lo estrictamente científico. Es
decir, de hecho la misma posmodernidad es lo que hace posible que esta
enciclopedia exista y que ideas tan contradictorias entre sí como que la
terapia lacaniana constituya un práctica posmoderna aparezcan en una definición
de la psicología posmoderna.


Como
movimiento artístico


El posmodernismo en sentido
artístico abarca un gran número de corrientes desde los años
1950 hasta la
actualidad; es difícil precisar en general los límites entre las realizaciones
más arriesgadas del modernismo y las primeras obras posmodernas, aunque algunas
artes —entre las que destaca la arquitectura— gozaron de un movimiento
posmoderno programático y organizado desde muy temprano. Los rasgos más
notables del arte posmoderno son la valoración de las formas industriales y
populares, el debilitamiento de las barreras entre géneros y el uso deliberado e
insistente de la intertextualidad, expresada frecuentemente mediante el collage
o pastiche.


El cine y la televisión son
hoy en día algunos de los medios de comunicación más capaces de manifestar las
características de este arte.


Arquitectura


Probablemente el primer
desarrollo artístico deliberadamente posmoderno tuvo lugar en la arquitectura.
Los arquitectos vanguardistas de la primera mitad del siglo XX.




Aunque no es fácil hablar de
autores posmodernos, sí se reconocen características de la posmodernidad en
muchos de los autores de la literatura contemporánea, como los estadounidenses
Paul Auster, Thomas Pynchon y Don DeLillo, el alemán Winfried G. Sebald, la
italiana
Susanna
Tamaro
, el francés Michel Houellebecq o también Bernardo Atxaga, Ariel
Garaffo, y Juan Manuel Tucky junto a muchos otros.


Definiciones
y críticas de posmodernidad según autores


Jürgen Habermas: Este autor
ha sido el principal crítico de las nuevas corrientes posmodernas. Para este
autor, la posmodernidad en realidad se presenta como antimodernidad. Él define
a los posmodernistas como 'jóvenes conservadores' y dice que estos recuperan la
experiencia básica de la modernidad estética; reclaman como suyas las
confesiones de algo que es subjetivo, liberado de las obligaciones del trabajo
y la utilidad y con esta experiencia dan un paso fuera del mundo moderno. Este
autor defendía la diversidad de las diferentes culturas bajo el primado de los
derechos humanos como base normativa de "una vida libre de
dominación". Ello supone llevar a cabo una segunda Ilustración de la
modernidad, que corrija sus fallos, al tiempo que preserve sus logros ciudadanos
y democráticos.


Jean-François Lyotard: Este autor
criticó la sociedad actual posmoderna por el realismo del dinero, que se
acomoda a todas las tendencias y necesidades, siempre y cuando tengan poder de
compra. Criticó los metadiscursos: idealistas, iluministas, el cristiano, el
marxista y el liberal, incapaces de conducir a la liberación. La cultura
posmoderna se caracteriza por la incredulidad con respecto a los
metarrelatos,
invalidados por sus efectos prácticos y actualmente no se trata de proponer un
sistema alternativo al vigente, sino de actuar en espacios muy diversos para
producir cambios concretos. El criterio actual de operatividad es tecnológico y
no el juicio sobre lo verdadero y lo justo. Defendía la pluralidad cultural y
la riqueza de la diversidad.


Andreas Huyssen: Para este
autor, existe una relación entre modernismo estético y el posestructuralismo
(que es una variante de modernismo confiado en su rechazo de la representación
y la realidad en su negación del sujeto, la historia, etc.) Este autor defiende
que la cultura posmoderna debería ser captada en sus logros y sus pérdidas, en
sus promesas y perversiones e intenta defender con sus obras (Dialecta
Escondida
, Guía de la Posmodernidad...) que si las vanguardias
intentaron cambiar el mundo, más lo hizo la tecnología, la industria cultural.
El surgimiento de la cultura posmoderna se debió a las nuevas tecnologías que
se apoyan en el lenguaje: los medios de comunicación y la cultura de la imagen.
Según Lyotard, las tecnologías comunicativas han producido una sociedad de la
información.


Gianni Vattimo: Para
Vattimo, hemos entrado en la posmodernidad, una especie de ‘babel informativa’,
donde la comunicación y los medios adquieren un carácter central. La
posmodernidad marca la superación de la modernidad dirigida por las
concepciones unívocas de los modelos cerrados, de las grandes verdades, de
fundamentos consistentes, de la historia como huella unitaria del acontecer. La
posmodernidad abre el camino, según Vattimo, a la tolerancia, a la diversidad.
Es el paso del pensamiento fuerte, metafísico, de las cosmovisiones filosóficas
bien perfiladas, de las creencias verdaderas, al pensamiento débil, a una
modalidad de nihilismo débil, a un pasar despreocupado y, por consiguiente,
alejado de la acritud existencial. Para Vattimo, las ideas de la posmodernidad
y del pensamiento débil están estrechamente relacionadas con el desarrollo del
escenario multimedia, con la toma de posición mediática en el nuevo esquema de
valores y relaciones. Con base en el trabajo de ese autor se han realizado
múltiples trabajos en la teoría de los medios de comunicación en la
posmodernidad.


Rosa María Rodríguez Magda: Para esta
autora, si la posmodernidad postulaba el fin de los Grandes Relatos, ahora
habríamos entrado en una nueva etapa que denomina
Transmodernidad,
caracterizada por la aparición de un nuevo Gran Relato: La globalización. Este
paradigma debe recuperar los retos de la Modernidad, asumiendo las críticas
posmodernas. Su teoría se inscribe en la línea de las aportaciones realizadas
por
Baudrillard, Bauman y Zizek.


Crisis


(del latín crisis, a su vez del griego κρίσις)
es una
coyuntura de cambios en
cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a
evolución;
especialmente, la crisis de una
estructura. Los
cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de
incertidumbre en
cuanto a su
reversibilidad o grado de profundidad, pues si no
serían meras
reacciones automáticas como las
físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre
todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y
se pueden denominar
revolución.


Las crisis pueden ocurrir a un nivel personal o social.
Pueden designar un cambio traumático en la
vida o salud de una
persona o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico,
militar, etc. También puede ser la definición de un hecho medioambiental de
gran escala, especialmente los que implican un cambio abrupto. De una manera
menos propia, se refieren con el nombre de crisis las
emergencias o las
épocas de dificultades.


LA POSTMODERNIDAD COMO
CRISIS EDUCATIVA


Gran número de cambios han
hecho mayor  el distanciamiento entre
padres e hijos. La postmodernidad ha venido a acentuar estos cambios ha hecho
que la crisis sea más crisis.


Los cambios en la educación
actual no son más que consecuencia de la crisis de valores o valoraciones del
hombre, de la sociedad y de la cultura.


La postmodernidad lo ha
invadido todo: la familia, la escuela, la religión, la política, la literatura,
los medios de comunicación, etc.


Como consecuencia de este enfrentamiento
generacional:





ü  Los jóvenes poseen un vocabulario propio y
sistema de signos muy diferente al que utilizan padres y profesores.


ü  La educación
institucional no se adecua al ritmo y vida de los jóvenes.


ü  Padres e hijos
parecen coexistir, más que convivir
en unidad y profundidad interior.


ü 

   la
relación educativa se hace más   tensa y
difícil, más legal y material que íntima y personal.





EDUCACIÓN Y CULTURA
POSTMODERNA


Ha de realizarse un camino
en el que la educación sea sucesivamente crítica de la cultura, transformación
y nueva creación cultural. Fomentar la individualización  y la personalización (educación).


Discernir si los valores culturales que ofrece la
postmodernidad merece ser vivenciados o ser etiquetados como contraculturales.


Vivimos en un mundo y una
sociedad multicultural. Los medios de comunicación social ofrecen una pluralidad
de formas  de vida, modos de pensamiento
y toda clase de información en la que, todo o casi todo hoy vale con tal que
alguien o algunos lo defienda(n).


Pluralidad de culturas y
educaciones: el hombre es libre de poder optar, así como para abandonar una
opción y poder pasar a otra.


LA EDUCACIÓN POSTMODERNA


Educar  según la  postmodernidad  es educar  para  el bien  y  la  felicidad,  cuya consecución  consiste  en  la  posesión de  sus  valores.





Según  su triple  núcleo  axiológico (relativismo,  presente  y esteticismo),  educar  en la  postmodernidad  es:


EDUCAR EN  EL  RELATIVISMO  (del ser,  de  la razón  y  del valor),  educar  en  el  politeísmo y  pluralismo,  en  el  pensamiento débil,  y  en consecuencia,  en  la secularización,  la  <<desorientación>>,  la tolerancia...


Con  el racionalismo  la  escuela olvida  el  aspecto afectivo  y  lúdico de  toda  formación.





Con  el postmodernismo,  la  nueva educación  camina  por las  sendas  del pluralismo,  la  debilidad, la  desorientación,  el escepticismo,  la  afectividad...





Pero  debemos cuestionarnos  si  la educación  postmoderna  no es  tan  unilateral como  la  moderna aunque  en  sentido contrario:  si  el absolutismo  ha  llevado a  fuertes  dictaduras e  imposiciones,  el relativismo  conduce  a inseguridades, inestabilidades  psicológicas  y a  enfrentamientos.  Si <<todo  vale>>,  vale igualmente  para  el fuerte  y  para el  débil,  por lo  que  el fuerte  terminará  imponiéndose sobre  el  débil. La  ley  del más  fuerte  será la  realidad.


Sólo  una educación  sólida  y basada  en  principios y  valores  firmes, pero  al  mismo tiempo  flexible  y tolerante,  llegará  a ser  educación  para todos.


EDUCAR  EN EL  PRESENTE  (lo momentáneo,  lo  cotidiano), educar  en  los valores  de  lo cotidiano,  las  pequeñas historias,  la  desconfianza, el  humor,  la liberación,  la  superficialidad,  agnosticismo, pasotismo...





La  postmodernidad  nos muestra  el  presente como  el  mejor modo  de  vivir la  realidad.  Lo que  cuenta  es el  aquí  y ahora,  liberándose  de las  ataduras  y remordimientos  del  pasado y  de  las angustias  y  preocupaciones  del futuro.





La  vida y  el  sentido de  la  educación se  perciben  como un  presente  en cambio  permanente,  todo <<depende  de...>>.


Según  Gervilla, aquí  también  se muestra  unilateral  la postmodernidad  porque  prescindir del  antes  y el  después  (el pasado  y  el futuro)  es  quitar al  ser  humano una  dimensión  fundamental, singular,  distintiva  y diferenciadora  de  otros seres.


El  presente, y  sólo  el presente  placentero,  el placer  inmediato  y sin  límites  puede conducir a  la  autodestrucción  bajo el  aspecto  de  liberación  (droga, alcohol,  sexo...).


El  pasotismo y  el  humor desenfadado  y  comunicativo pueden  ser  una compensación  ante  la falta  de  ideales o  ante  el aburrimiento  de  la vida  cotidiana.


El  consumismo nos  da  un nuevo  “look”,  un placer  hedonista,  un status  social,  valora más  las  apariencias que  la  realidad, por  lo  cual, difícilmente  puede  afirmarse que  haga  más valiosa  la  persona individual  y  socialmente.


El  punto de  referencia  de  la  juventud actual  es  la posición  de  los demás.  Van  emitiendo y  recibiendo  signos y  mensajes,  a partir  de  los cuales  van  modificando constantemente  su  posición.





Esta  moral provisional  deja  un amplio  margen  al presente,  a  la espontaneidad  y  provisionalidad,  al azar  de  las cosas  tal  y como  van  viniendo.





Ha  nacido la  vida  del sentimiento,  la  afectividad y  el  placer, el  culto  al cuerpo.  Y  nos da  una  mayor felicidad,  somos  más felices  cuando  amamos  que cuando  sabemos  o razonamos.


La  moral será  entonces   la  expresión  de unos  sentimientos  y  unas  actitudes, de  nuestras  preferencias por  unas  normas de  conducta  y nuestra  desaprobación  de otras”.


El  cuerpo ha  pasado  en  muy  poco tiempo  de  ser el  enemigo  del alma  al  objeto de  “culto”  o deidad,  centro  de la  belleza,  del placer  y  hasta del  status  social.


¿Cuáles  son las  consecuencias  de esto?


La  modernidad mutiló  la  persona en  detrimento  del sentimiento. 


El  postmodernismo  ha mutilado  la  razón a  favor  del sentimiento.  Ambos  extremos, por  su  unilateralidad,  son igualmente  desechables  desde una  visión  armónica de  la  educación.


La  integración armónica  razón – afecto  ha sido  y  es le  reto  de la  educación.


Si  la educación  ha  de hacer  más  valioso al  ser  humano individual  y  socialmente, ha  de  alejarse de  los  extremos individualista  y  hedonista.


La  dificultad radica  en  determinar en  qué  medida el  hombre  se debe  a  la sociedad  y  ésta al  hombre.


Puestos  a elegir,  nos  inclinamos por  el  predominio de  la  persona sobre  la  sociedad, la  sociedad  debe estar  al  servicio del hombre.


Corriente
pedagógica a la que pertenece:





LA
POSTMODERNIDAD





La postmodernidad hace su
aparición cuando el proyecto moderno deja de ser válido total o parcialmente.


Los postmodernos rechazan el
proyecto ilustrado de diversas maneras y con él la sociedad que ha generado. No
sienten ilusión por cambiarlo. No se sienten llamados a superar la modernidad.


FUNDAMENTOS DE LA POSTMODERNIDAD



1.- DESENCANTO Y DEBILIDAD
DE LA RAZÓN


La confianza en la razón
(modernidad, medievo) se quiebra para ingresar en los tiempos del pensamiento
débil, inseguro y desilusionado.


La historia de la razón es
la historia de los desengaños de la razón, o de lo irracional de la razón. Ésta
ha perdido credibilidad para decirnos con seguridad qué es la realidad o qué es
el hombre: se impone la “sensatez racional” del conformismo, lo limitado, la
humildad intelectual.


En consecuencia, buena parte
de la clase intelectual se han subido al carro del agnosticismo. Aparece también otro agnosticismo, “popular
inducido”, derivado de la mentalidad positivista y empirista, entre todas las
capas de la sociedad.


El
“Pasotismo” se hace visible en la vida y vocabulario de los jóvenes y el
postmoderno se instala cómodamente en el “pensamiento débil”: lo que hoy siento
y pienso, no sé si lo mantendré mañana.








2.-  PÉRDIDA DEL FUNDAMENTO


Ante el desencanto de la
razón todo es posible. Si antes el ser se decía de muchas maneras, ahora se
puede decir de muchas cosas; más que un ser hay múltiples seres. La pérdida del
fundamento ha ocasionado la fragmentación y el nacimiento de múltiples fundamentos.
Han terminado los grandes principios de la modernidad. Nos movemos en una
pluralidad de formas de justificación.


Nuestra sociedad postmoderna
es globalmente irracional como resultado de muchas racionalidades parciales.


Las consecuencias de esta
pérdida de fundamento son, según Mardones:


·        Pérdida
de la centralidad de la religión.


·        Mundo
de cosmovisiones fragmentadas.


·        Creciente
burocratización.


·         


3.- DISOLUCIÓN DEL SENTIDO
DE LA HISTORIA


El verdadero
sentido de la historia es ahora reconocer la ausencia de un único sentido: el
ser humano no puede escapar de su situación particular y contexto vital que, a
la vez, le configuran y le condicionan.





Se defiende la no existencia
de lo que denominamos historia, pues existen tantas historias como individuos,
sin que ninguna de ellas pueda ser universal.


La postmodernidad, pues,
certifica la disolución de la historia como proceso unitario. Frente a las
utopías de la modernidad, la postmodernidad opta por el presente.


4.- FRAGMENTACIÓN MORAL:
INDIVIDUALISMO NARCISISTA


La moral también queda fragmentada sin
principios fijos que la sustenten, convirtiéndose el yo en el centro de la
acción. La sociedad está caracterizada por el politeísmo de los valores, todo
vale y la moral es una moral subjetivista, narcisista-hedonista, todo queda
relativizado al sujeto y a cada momento. Así concluimos que se elude el
sentimiento de culpa y se provoca un individualismo hedonista y narcisista.
Importa la estética más que la ética.





LOS VALORES DE LA
POSTMODERNIDAD





1.- PLURALISMO DE VALORES. TODO VALE.


La filosofía
postmoderna nos conduce al relativismo y subjetivismo que afecta a todos los
ámbitos del ser, del conocer y del vivir y, en consecuencia, a un pluralismo de
valores. El valor es algo circunstancial, siempre “depende de...”





Los valores que surgen en la postmodernidad se
dividen en tres núcleos fundamentales:


·        Relativismo
(desencanto de la razón y la pérdida del fundamento)
« Pluralismo, diversidad, escepticismo, secularización, fragmentación,
pensamiento débil, etc.





·        Presente
(Incredulidad de los grandes relatos y la disolución del sentido de la
historia)
« Liberación, desconfianza, agnosticismo, pasotismo,
humor, lo cotidiano...





·        Esteticismo y la
fragmentación moral
« Afectividad, placer, narcisismo, novedad...





Así, frente a valores de la Modernidad como lo
absoluto, la unidad, lo objetivo, el esfuerzo, lo pasado/futuro, la razón, la
ética, la seguridad, etc., surgen los valores postmodernos de lo relativo, la
diversidad, lo subjetivo, el placer, el presente, el sentimiento, la estética,
el pasotismo, etc.


2.- JUICIO CRÍTICO A LA AXIOLOGÍA POSTMODERNA.


·        CONFLICTIVIDAD
SUBJETIVISMO/OBJETIVISMO:





Existe una conflictividad entre la concepción de los
valores por la Modernidad y la Postmodernidad.


En la Postmodernidad, el valor se considera
subjetivo, lo que conlleva a la creación del valor por el hombre. Algunos
argumentos que demuestran la flaqueza de dicha concepción de los valores son:


·        Confunde el valor
con el interés y la necesidad.


·        Descarta cualquier
posibilidad de error axiológico y elimina toda obligatoriedad de los valores.


·        Desaparece la
distinción entre el bien y el mal objetivo.


·        Identifica el ser y
el deber-ser.


·        Lo deseable se
confunde con lo deseado.


·        El valor es igual a
la valoración.


·        No hay
posibilidades de valores universales.


De esta manera llegamos a la conclusión de que tan
problemática es la opción de la postmodernidad como la de la modernidad. Para
dar una solución a este problema proliferan las definiciones de valor en las
que se coordinan ambas visiones, la subjetiva y la objetiva. De este modo, el
sujeto y el objeto, lo ideal y lo real, quedan relacionados y armoniosamente
coordinados.





La definición que da Gervilla es la siguiente: “El valor es lo bueno, real o ideal,
deseado o deseable, para la persona y/o la sociedad”.


·        LAS JERARQUÍAS DE
VALORES: ESTETICISMO: ESTÉTICA SIN ÉTICA.





Otra
dificultad de la Postmodernidad le viene por la jerarquía axiológica. Desde el
objetivismo, algunos autores como Scheler, Hartmann y Bergson, hacen
corresponder los valores superiores o básicos (útil, bueno, bello y santo) con
cuatro estratos axiológicos: el económico, el ético, el estético y el
ascético/religioso. La valiosidad de estos estratos es creciente no pudiendo
acceder a un estadio superior sin haber pasado por los anteriores. Los
postmodernos, al reducir la ética a la estética, alteran esta jerarquía,
dejando un vacío ético, lo que hace que se carezca de base firme.





En la Postmodernidad sucede al contrario, lo
personal prevalece sobre lo social. Ninguno de los extremos de estas posiciones
son aconsejables: el egoísmo, por negar el carácter social de todo valor y el
gregarismo por negar el carácter personal de todo valor. El problema está en
saber determinar el límite, el punto medio o centrar. Por su parte, la
Postmodernidad ha optado por el individualismo, lo singular, la sociedad como
medio, siempre al servicio y subordinación de la persona. Pero, como hemos
dicho, el problema no radica tanto en la opción sino en el extremismo de la
misma.


·        CARÁCTER EMOCIONAL
DEL CONOCIMIENTO AXIOLÓGICO.





Otro argumento que explica el desacuerdo axiológico
modernidad-postmodernidad es el carácter emocional del conocimiento de los
valores o la “desnudez de razón” frente a los mismos. El acuerdo ante el
conocimiento científico se torna discrepante ante el conocimiento axiológico.


Andamos “desnudos de razón” ante el valor.


En consecuencia, será difícil o acaso imposible
demostrar con argumentos totalmente convincentes la superioridad axiológica de
la modernidad sobre la postmodernidad, o de ésta sobre aquélla. O no hay
razones, o hay tantas razones para unos y para otros que nos movemos en la duda
o caminamos entre inseguridades, o bien las seguridades son siempre personales.


Hay valores porque hay subjetividad y en
consecuencia pluralidad y libertad. Alcanzamos el conocimiento de los valores
implicando todas las dimensiones de la persona: razón y sensibilidad, cabeza y
corazón. Por ello, el valor posee un componente emocional y otro intelectual.


 El
conocimiento precede pero no es suficiente. Si no hay sentimiento no se da la
valoración, ya que cada uno valora según lo que es.


VISIÓN ACTUAL


En nuestro tiempo, todos los aspectos tratados por
Gervilla están vigentes, ya que la Postmodernidad domina el tiempo actual.


Sin embargo, puedo puntualizar que yo, como futuro
educador, pertenezco a la Postmodernidad y educaré en base a ella. Este punto,
pues, no estará vigente en un corto espacio de tiempo, ya que no serán
“modernos” los educadores de la próxima Postmodernidad.


CRÍTICA






Con respecto a los inicios
de la Postmodernidad, considero que la gestación del pensamiento postmodernos
ha sido un fenómeno más complejo de lo que el autor pone de manifiesto en el
libro, si bien entiendo que es por razones de brevedad; un estudio profundo
sobre la postmodernidad sería bastante extenso.


Con respecto a la visión del
pensamiento y los valores de los jóvenes reflejados en el libro, estoy de
acuerdo con el planteamiento desde un punto de vista general.


Debemos admitir, que a pesar
de que los jóvenes insistamos en no incluirnos dentro de esa postmodernidad
dominada por el pasotismo, que consideramos peyorativa, ese movimiento
postmoderno es una realidad.


Por otro lado, la
postmodernidad nos ha aportado a los jóvenes otra forma de comprometernos con
nuestra sociedad: ante el desencanto en la política, nunca ha habida tal proliferación
de ONGs... vemos que se ha producido un traspaso de valores.





CONCLUSIÓN


Tras
la lectura del texto “Postmodernidad y Educación” puedo concluir:


ü  Los valores expuestos por Gervilla en su trabajo son
un fiel reflejo de la realidad actual de acuerdo con mi experiencia. La moda,
el consumismo, el culto al cuerpo... han llegado, incluso, ha convertirse en
nuevos problemas para la sociedad. Y la influencia de dichos valores se ve
reforzada por el monopolio de los medios de comunicación de masas.


Como educador, coincido con Gervilla en la posición
conciliadora entre Modernidad y Postmodernidad, quedándonos con lo positivo de
cada corriente de pensamiento


NOTA: Lo anterior fue sacado de internet pero me parece que es lo hablamos
en clase, y que también estoy de acuerdo en los puntos anteriores del autor.





Esteban cuervo

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